Cita ineludible del verano y uno de los referentes mundiales del folk, el Festival de Ortigueira se ha convertido por méritos propios en uno de los eventos musicales más multitudinarios de toda España. Su magnitud excede ya lo puramente musical, para consolidarse como un espacio libre donde confluyen gentes de todas las tribus llegadas de los más diversos puntos de la geografía.

Poco más que ese espíritu de libertad y el carácter folclórico del evento quedan de aquel festival artesanal que nacía en el año 1978, fruto del esfuerzo de la Escola de Gaitas de Ortigueira, liderada en aquel momento por Xavier Garrote. Una idea visionaria que triunfó gracias a la ayuda de toda la Villa y a pesar del entorno oficial poco favorable -tuvo que interrumpirse durante más de un lustro-.

En el año 2000 se sentaron las bases de lo que es hoy una auténtica industria cultural, al tiempo que el Festival abría su horizonte musical hacia otros tipos de música que no tienen por qué ser estrictamente celtas.

El esfuerzo en sus últimas ediciones pasa por reforzar las infraestructuras de servicios -autobuses gratuitos, aparcamientos vigilados, duchas, aseos, puntos de información- para hacer más cómoda la estancia de los miles de visitantes que abarrotan la Villa y la playa de Morouzos, y cuidar al máximo la calidad de la programación musical. Las estrellas del folk eligen los palcos de Ortigueira para presentar sus últimos trabajos -escenario Estrella Galicia- y el certamen se erige además como catapulta de nuevas bandas -escenario Runas-.

La fuerza del Festival, organizado por el Ayuntamiento de Ortigueira, le valió que en la edición de 2003 el Ministerio de Economía español le concediese el galardón de Fiesta de Interés Turístico Nacional. Pero los reconocimientos irían aún más allá. En 2005 el certamen entró en el selecto grupo de eventos de Interés Turístico Internacional. El empuje del Festival -alrededor de 100.000 asistentes en sus últimas ediciones- o su papel en la proyección de Galicia y España en el extranjero fueron sólo dos de los factores que le han valido el reconocimiento. ¿Qué más se puede pedir?